Cómo enseñar a mi perro a hacer pipí fuera de casa

La cuestión  del pipí es la que más preocupa cuando llega un nuevo miembro a casa.

Al principio, tu nuevo compañero, que no tiene vergüenza de que le veas hacer sus necesidades, dejará su rastro de olor en cualquier sitio.

No te preocupes, es normal.

Ningún animal nace sabiendo qué esperamos de él, tendremos que ir enseñándoselo poco a poco.

Lo primero que debes tener en cuenta es que vas a necesitar paciencia.

Y si además es un cachorro, no tiene aún el control suficiente, así que un poco de paciencia más.

Cosas que debes saber antes de empezar a enseñar a tu perro hábitos higiénicos.

Enseñar a tu perro a hacer pis y caca en el sitio apropiado es una necesidad humana, ya que tu perro no tiene esas consideraciones de aseo que nosotros vemos como «normal».

Para ello, tengo que «explicarle» el sitio que yo he escogido como su wc.

Todos los perros son limpios por naturaleza.

No quiero decir que pasen la fregona al hacerse pis en el salón.

Pero no les gusta hacer pipí en los lugares donde comen o duermen. Lo cual podemos aprovechar a nuestro favor.

Con un cachorro tendremos que ser más flexibles que con un perro adulto.

A partir de las 8-9 semanas ya controla los esfínteres, con lo cual es una edad genial para empezar.

Pero como un bebé, no es hasta los 5-8 meses, según el perro, que tenga el control total.

Así que los escapes no deben extrañarnos ni desesperarnos.

Los perros adultos tienen más capacidad de aguante.

Pero cuando llegan nuevos a un hogar, deben aprender igualmente.

Cualquiera que sea tu caso, toma la fregona y sigue las pautas.

En poco tiempo lo vais a conseguir.

A la hora de limpiar, sé cuidadoso.

No uses amoniaco ni lejía: no eliminan el olor, y pueden incitarlo a orinar más.

Lo mejor es usar detergentes enzimáticos (oxi-action), y una fregona sólo para los pipís.

De este modo, eliminamos el olor también para el perro, evitando las ganas de volver a orinar en el mismo sitio.

Establece un horario de comidas.

Para un perro adulto, lo ideal es dividir la comida en dos tomas.

Los cachorros, según la edad, entre 3 y 5 veces.

Te explico el ciclo: le doy de comer a mi perro, la comida le da sed, a los 20-40 minutos necesita orinar y/o defecar.

Ya sabemos que cada vez que come, en un corto período de tiempo necesitará ir al baño.

No acostumbres a tu perro a tener la comida todo el tiempo presente.

Al principio, le ofreces su plato, se lo dejas un rato (20 minutos es suficiente), y si no lo ha terminado, se lo retiras.

Repite el proceso las veces que hayas decidido que debe comer, repartiendo la ración diaria.

En poco tiempo sabrá que la hora de comer es la escogida, y se terminará su plato.

Recuerda que sí debe tener agua a su disposición siempre.

Usa el ciclo a tu favor, ofreciéndole la comida en momentos en los que sepas que en poco rato toca ir a la calle.

Define cuales son los lugares permitidos para el pipí.

No todos los dueños ni todos los perros son iguales.

Es una opción personal decidir cuál es el sitio ideal para ti.

Una clienta me explicaba una vez que un educador le había dicho que tenía que enseñar hábitos higiénicos a su perra.

La señora estaba disgustada porque esto la obligaba a levantarse a las 6 de la mañana, y ella era feliz porque su perra estaba acostumbrada a hacer el primer pis en  un lugar del baño, lo cual era más cómodo para ambas.

Su perra sí sabía dónde debía hacer el pis, y ambas estaban contentas.

Así que define tú cuál será el wc ideal para vosotros antes de empezar.

Lo que sí te doy es unos consejos.

Si el sitio escogido es en la calle, no hagas pasos intermedios como periódicos o empapaderas.

Esto va a confundir a tu pequeño, y te va a dar doble trabajo a la larga.

Piensa además que hay perros muy exquisitos que se acostumbran a un sustrato y no les gusta hacerlo en ningún otro suelo.

Si vas a preferir que lo haga en la tierra (parque o alcorques de los árboles), llévalo siempre allí.

Quizá le de igual hacerlo en la esquina de la casa del vecino, pero cuanto mejor hayamos construido el hábito desde el principio, menos probabilidad habrá de tener que dar explicaciones después.

Ten en cuenta que estamos hablando de adquirir hábitos higiénicos.

Tu perro tiene otras necesidades, que incluyen el dar un buen paseo y salir a la calle y relacionarse.

El hecho de que lo acostumbres a hacer «sus cositas» en un arenero en casa si ésto es mejor para ambos no quiere decir que no tenga por qué salir a la calle.

Observa cuándo hace sus necesidades.

Es importante que conozcas sus hábitos, de esta manera podrás adelantarte a él.

Controla el tiempo que pasa desde que come o bebe hasta que le entran ganas de hacer pipí o caca.

Observa también si tiene «rituales» como dar unas vueltas antes, olfatear las esquinas o meterse debajo de la mesa.

Cuanto mejor lo conozcas, más fácil será anticiparte y más rápido aprenderá.

Sal a la calle. Es hora de actuar.

Una vez que hemos completado todos los pasos previos, es hora de ponerse en marcha.

Prepárate un fin de semana por ejemplo, si tienes más tiempo para estar pendiente de tu perro.

Como ya conoces sus hábitos, tienes dos opciones:

  1. Le das la comida, calculas el tiempo aproximado en que va a hacer pis, y te vas con él a la calle.
  2. Esperas a que vaya a hacer pipí, lo interrumpes, y te vas con él al lugar escogido para hacerlo.

En la primera opción no esperas a que muestre señales de querer orinar, sales y das un paseo largo con él.

Lo normal si todos sus hábitos están bien construidos y si encima en su paseo va olisqueando otros pipís es que le entren ganas rápido.

Cuando lo haga, hazle la súper fiesta del pipí: ¡¡¡MUY BIEN CHICO, TE COMO, ESE ES MI NIÑO, BRAVO!!!

No te quedes corto, que no te de vergüenza. Piensa en deshacerte por fin de la fregona del pis. ¡¡¡HURRA!!!

La segunda opción parece la misma, pero no lo es.

En ocasiones, debido a los calendarios de vacunación en cachorros u otros problemas de salud, nuestro pequeño no puede salir de paseo largo rato a la calle.

Pero tampoco podemos esperar todo el tiempo para enseñarle a ser limpio.

Al interrumpirlo justo en el momento, aumentamos la probabilidad de que en el momento en que lo dejamos tranquilo, haga su pipí rápido, de tal manera que no tenga que estar en la calle mucho tiempo oliendo en muchas zonas diferentes.

Lo ideal es en el momento en que va a hacer pipí dar un chasquido con los dedos, o una palmada que lo distraiga.

Lo tomamos en brazos si su tamaño lo permite, y lo llevamos directamente a un sitio correcto y seguro en el que orinar.

En esta fase podemos jugar con el hecho que ya te he explicado de que el perro no se orinará en el sitio donde come o duerme.

Si lo mantenemos vigilado, y cuando no podemos vigilarlo, lo dejamos en un espacio reducido donde tenga su cama y su comedero, él mismo intentará aguantar hasta que lo lleves al lugar elegido y lo dejes tranquilo.

Para garantizar el éxito, no está de más acostumbrarlo a descansar en un transportín o parque de cachorros.

Este lugar NO es un castigo. Tampoco puede pasar en él más tiempo del que podría aguantar el pipí, porque acabaría haciéndoselo encima irremediablemente (ten en cuenta sus necesidades, sobre todo si es un bebé).

Sí, vas a tener que bajar a la calle un montón de veces al principio.

Pero te aseguro que en cuestión de un par de días nada más que salgas, hará pipí.

¿Le regaño por hacerse pipí en casa?

NO.

No debes enfadarte con él por tener un escape en casa.

Esto sólo empeorará la situación.

Ten en cuenta que él todavía no sabe qué esperas que haga.

Para él hacer pipí cuando le entran ganas es lo normal.

Así que no va a entender tu enfado, sino todo lo contrario.

Puede sentirse confundido, incluso pasar miedo, y orinarse más todavía intentando «a su manera» que te calmes.

Tampoco sirve de nada refregarle el hocico en el pipí o la caca, o gritarle mientras se lo señalas.

Lo más que vas a conseguir es que te mire como si estuvieras loco y piense que le ha tocado un dueño muy raro.

O que se esconda de ti para hacerlo, y todo se complique más todavía.

Es como si coges a un niño de 5 años y le das en la cabeza con un cuaderno porque no sabe multiplicar.

Da igual las veces que le grites o que le enseñes los números mal hechos, no va a aprender así.

Quédate con esto

Todo esto que te he contado que parece tan largo, cuando lo lleves a la práctica vas a comprobar que es cuestión de días.

Como las personas, hay perros que necesitarán algo más de paciencia que otros, pero es una tarea sencilla para todos.

Tienes que tener en cuenta que los adultos tienen la ventaja de aguantar más, aunque los cachorros son muy moldeables y están deseando aprender y vernos felices.

No te cortes a la hora de demostrarle a tu perro lo feliz que te hacen sus avances, cuanto más «fiesta del pipí» le hagas, más ganas tendrá de repetir la experiencia.

En cualquier caso, nadie necesita estar dos años alabando a su perro por hacer pis, así que no desesperes.

Y recuerda que en fase de aprendizaje no debes reñirle. No puedo enfadarme con él por no saber.

Así que manos a la obra, cuéntame qué tal os ha ido.

¿Has tardado mucho en enseñarle?

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